El artista brasileño Eduardo Kobra pinta el graffiti más grande del mundo, con una superficie de casi seis mil metros cuadrados, en la fachada de una fábrica de chocolate ubicada al lado de una autopista de Sao Paulo.
La monumental obra abarca varias paredes del edificio y el graffiti representa a un joven indígena de la Amazonía que rema en una piragua cargada de cacao, en medio de un río de chocolate.
Esta obra abarca una superficie de 5.742 m2, superando su propio récord mundial con el graffiti que pintó en Rio de Janeiro con motivo de los Juegos Olímpicos de 2016, y que obtuvo el reconocimiento del libro Guinness.
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Kobra expresó que este "es el mayor mural que he pintado nunca. Es un homenaje a toda la gente que trabaja con el cacao y su estrecha relación con la Amazonía".
Asimismo, el artista explicó que al recibir el encargo de parte de la empresa de chocolates preparó una decena de bocetos basándose en escenas de las regiones del amazonas ricas en cacao.
Tras ser elegido el diseño, Kobra precisó de una amplia logística para su ejecución, entre ellas 12 grúas para poder subir el equipo de pintura a los andamios. Además utilizó más de mil litros de pintura y cuatro mil botes de spray.
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