Al menos 45 países han manifestado su intención de adherirse al nuevo Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) que impulsa China, una prueba de que un nuevo orden mundial es posible.
Rusia, Suiza, Georgia, Turquía, Francia, Alemania, Reino Unido y Surcorea, y más recientemente Taiwán mostraron su intención de unirse al banco que ha impactado la región, tanto que la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, habla de unirse o por lo menos cooperar con el banco.
De acuerdo al diario ruso Vestifinance “es obvio que Washington esté mirando con cautela la creación y expansión del BAII influencia de China”.
El banco asiático fue creado luego de que los legisladores norteamericanos bloquearan la reforma del FMI donde la participación de los países en desarrollo es muy pequeña.
Los miembros fundadores son China, India, Nepal, Pakistán, Bangladesh, Omán, Kuwait, Catar, Mongolia, Uzbekistán, Kazajistán, Sri Lanka, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunéi, Vietnam, Laos, Myanmar, Camboya.
Posteriormente se unieron Indonesia, Maldivas, Jordania, Nueva Zelanda, Arabia Saudita, Tayikistán, Reino Unido, Alemania, Francia e Italia.
Así como esta alternativa, está el Banco del Sur, una propuesta hecha por los países de suramérica y que tienen previsto inaugurar a finales de este año en Caracas, capital de Venezuela.
Otra alternativa es el banco de Desarrollo del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Todas buscan desprenderse del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial.