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Argentina pasa actualmente por una gran ola de despidos en todas las áreas y sectores. El área de la construcción se ve afectada por la paralización de obras públicas y miles de despidos al detener el Gobierno los fondos de inversiones.
El Instituto de Estadística y Registro de la industria de la construcción de Argentina (IERIC), dio a conocer mediante un informe de coyuntura, las estadísticas de desempleo del primer trimestre del año 2016. El balance arrojó un alza del desempleo de 6,5 por ciento en el mes de febrero, lo que pone en evidencia el retroceso que vive el país suramericano en esta área.
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El reporte de IERIC indica que en febrero hubo un promedio de 370 mil 824 puestos de trabajo, lo que significa una baja del 6,5 por ciento respecto a igual mes de 2015, aunque estuvo mejor que en enero.
Las estadísticas de enero y febrero registraron una caída de 5,8 por ciento. Según la Unión de Obreros de la Construcción de Argentina (Uocra), el número de parados en el sector superó los 30 mil debido a la paralización de las obras públicas.
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Por otra parte, el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), midió los despidos ocurridos entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 en base a diferentes fuentes. Se evidenció que el 52 por ciento correspondió a trabajadores privados y el restante 48 por ciento al Estado.
El sector de la construcción fue el más golpeado, seguido de la administración pública y la industria.
“De los 80 mil 446 despidos en el sector privado, 71,88 por ciento corresponde al sector construcción, 23,40 por ciento a industria y 4,72 por ciento al sector servicios”, detallaron.
A su vez, en el sector público las cesantías se repartieron entre dos grandes áreas: el Estado nacional (38,28 por ciento) y las provincias (48,56), según la CEPA.
Los trabajadores afectados por la masiva ola de despidos fueron los de menor calificación y los precarizados.
El presidente Mauricio Macri anunció el jueves en la municipalidad bonaerense de Ezeiza un plan para edificar 120 mil viviendas en todo el país y reiteró su rechazo a promulgar una ley de emergencia ocupacional que prohiba los despidos, medida que se deriva del gran descontento que vive el pueblo argentino.
