Más de 200 arzobispos y cardenales del mundo se encuentran reunidos desde hace una semana en el Vaticano para preguntarse por primera vez cuál es la actitud más correcta y realista de la Iglesia a las parejas que comparten afinidad por el mismo sexo y sus hijos.
El Vaticano divulgó este lunes, el documento "Retatio Post Disceptationem", que contiene nueve páginas, en el que los obispos reconocen que los homosexuales "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana", con lo que la Iglesia abandona abiertamente el tono de condena y prejuicio hacia la homosexualidad.
El secretario general del sínodo monseñor Bruno Forte, explicó que la mayoría de los obispos quiere una Iglesia que mira al mundo con simpatía, que no lo juzga.
A partir del texto se llevará a cabo el debate por grupos que luego será sometido a votación entre la jerarquía de la Iglesia antes de la próxima reunión episcopal de octubre del 2015.
El papa Francisco con este nuevo método de trabajo quiere poner a reflexionar tanto a la iglesia como a los creyentes sobre la homosexualidad tratada como un tabú.
El cardenal alemán Gerhard Müller lamenta que no se publiquen las intervenciones íntegras con nombres y apellidos.
Hasta ahora no se prevé un acuerdo sobre el pedido de autorizar la comunión para que los divorciados se vuelven a casar.