Los musulmanes retomaron este viernes la peregrinación anual a La Meca con el ritual de lapidación de Satán, un día después de la muerte de más de mil fieles en medio de una avalancha humana.
Tras la tragedia que dejó también 863 heridos, los musulmanes pasaron la noche en la ciudad de Mina, ubicada a cinco kilómetros de La Meca, y luego continuaron su camino para realizar el ritual de la lapidación, en el que lanzan piedras contra tres monumentos que representan a Satán.
Este viernes la multitud estaba menos compacta que el día anterior. Sin embargo, las críticas al Gobierno saudí no se hicieron esperar. El guía supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameni, atribuyó la estampida a una “mala gestión” de las autoridades de saudíes y pidió que “acepte la enorme responsabilidad de esta tragedia”.
Mientras tanto, Arabia Saudita prometió una investigación “rápida y transparente” de lo ocurrido.
En contexto
Cerca de un millón y medio de musulmanes de unos 160 países realizan, junto a un millón de residentes en el país árabe, el peregrinaje a la ciudad de La Meca, que también fue escenario de una tragedia similar en 2006, cuando más de 360 personas perdieron la vida mientras cumplían con la lapidación de una representación del demonio.
El 'hach' o peregrinación a los lugares santos de La Meca es uno de los cuatro pilares del islam. Sus creyentes deben efectuar el viaje al menos una vez en su vida.
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