“Erdogan: el nuevo sultán de Turquía”

“Erdogan: el nuevo sultán de Turquía”

© Por Pablo Virgili Benitez

@VirgiliPablo

pablodanielvirgilibenitez@gmail.com

Que el hombre viva en un palacio de más de 650 millones de dólares con alfombras lujosas y puertas de metales preciosos no me extraña, que a su mujer (la primera dama) le cierren toda una calle de París o Berlín para comprarse en una tienda una cartera de 20 mil dólares tampoco; pero que haya sobrevivido a un golpe de estado si me asombra y debo decirlo muchísimo, es como ver un filme de cuarta de esos que se merecen el Oscar a la peor película.

Un golpe de estado que duró escasas 6 horas, con un helicóptero disparándole al parlamento y un caza F-16 sobrevolando Estambul, con soldados amnésicos que se les olvidó sitiar el aeropuerto, y con tanques que parecían de juguete en las calles enfrentando a una multitud de partidarios de Erdogan indefensos, que en un golpe de estado “de verdad” hubieran perecido ante los cañonazos, toda una parafernalia digna de los muñequitos de la  Warner Brothers.

Qué casualidad tan casual que el golpe lo perpetraron cuando el presidente estaba de vacaciones en un pueblo remoto del país, porque no mejor esperaron a que estuviera en su residencia oficial y ahí lo tomaban prisionero y lo expulsaban del territorio nacional, o los soldados golpistas eran tontos o pecaron de estúpidos. Y como si eso fuera poco el jefe de estado aterriza en el aeropuerto vestido de traje y corbata como para ir a la ópera de París y retoma el poder. Una película que ya le hemos visto, la víctima en el papel de victimario.

Ya han pasado unos días del hecho y comenzó la purga: unas 50 mil personas detenidas o suspendidas entre ellas 7 mil soldados, retiradas las licencias a miles de profesores de escuelas, varios jueces destituidos, declarado el estado de emergencia por tres meses; prohibida la transmisión a 24 emisoras, negada la circulación de periódicos opositores y varias medidas más que se parecen  a un estado de sitio y no a un estado en plena democracia. Y para ponerle la tapa al pomo Erdogan ha especulado con aplicarle la pena de muerte a los militares golpistas, medida que se encuentra suspendida en Turquía y que le impediría al país insertarse en la Unión Europea.

Nada nuevo en este mundo tan convulso, ¿que se viene ahora? Pues reformas a la Constitución para otorgarle facultades especiales al Presidente, limpieza total de las Fuerzas Armadas, prohibición de medios y atropellos a la libertad de expresión, disolución de partidos políticos opositores y demás medidas que llenaran la saciedad de un hombre que ansía y vive de dominar el poder.

Y si, solo demorará un tiempo percatarse de que Recep Tayyip Erdogan es el nuevo sultán de Turquía, pero a lo moderno un sultán sin corona, con corbata y zapatos de cuero caro brillosos…

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