“El mejor oficio del mundo”

“El mejor oficio del mundo”

© Por Pablo Virgili Benitez (Especial para teleSUR)

Twitter: @VirgiliPablo

“Nací periodista y hoy me siento más reportero que nunca. Lo llevo en la sangre, me late.” (Gabriel García Márquez)

El periodismo en todas sus representaciones y variedades no entiende de distinciones ni conoce límites sean políticos, ideológicos, geográficos o lingüísticos.  Sea cual sea la nacionalidad del reportero, su afiliación política o el medio en que se desempeña debe cumplir con un precepto y perseguir un objetivo común: servir a la gente.

Aún no soy periodista recién la semana que viene comienzo el primer semestre de la carrera,  pero estos cuatro meses que llevo escribiendo para teleSUR me han enseñado que para llegar a ser un gran periodista hay que escribir con amor. Los buenos periodistas nunca se quedan estacionados en el pasado, siempre están buscando nuevas fórmulas, rompiendo con las tradiciones y los patrones anticuados, son esclavos de la originalidad; y eso hago a diario, trato de reinventarme siempre, que un artículo no se parezca al otro pero que aun así tenga la capacidad de encantar a los que me leen. 

Las técnicas son las mismas, y todos los periodistas parecen aplicarlas al pie de la letra, leo y releo medios internacionales, periódicos y revistas y en todos detecto la misma monotonía. Los que siguen mis artículos se habrán percatado que no pasan de doce párrafos, _para mí son suficientes_ la clave de un buen periodista es ser: claro, preciso y conciso, el triunfo de un buen escritor es lograr decir en un mínimo de palabras el máximo de ideas.  

Escribir para un medio como teleSUR no me ha sido fácil ni lo será, escribo mi nota la dejo reposar un día la vuelvo a leer y encuentro muchos errores, no me desespero los corrijo y logro sacar de ellos una experiencia. Habrá textos que no me convenzan ni a mí ni al equipo de editores de teleSUR, muchos he mandado y no me han publicado otros me he abstenido de enviarlos, pero así es este mundo de la comunicación hay que escribir perfecto; si no es así mejor pasar la página y dejarla a un lado. Escribo con sencillez, es cierto pero no por eso me restrinjo a lo insignificante o lo simple, lleno mi cuartilla de precisión, fluidez y buen uso del lenguaje. Pero aunque todo parezca tan fácil, habitualmente me encuentro con dificultades como el miedo a enfrentarme a una hoja en blanco, respiro profundo cuento hasta diez y pienso que es como hablar con mis amigos en una conversación amena lo que esta vez la llevaré al papel. Escojo el tema que voy a tratar, consulto las fuentes, leo investigaciones de miles de páginas que a la larga solo me sirven para escribir una línea; no me asusto pienso que debo ponerle mi estilo; con eso bastará. Sé que es una tarea ardua y de constancia que requiere de mucha paciencia, concentración y soledad, pero a base de autocriticarme y tomar nota de los comentarios de mis lectores se va vislumbrando antes mis ojos el camino y la línea que debo seguir a la hora de redactar.

Trato de leer más, procuro no repetir palabras, escapo de los convencionalismos, intuyo las ideas y lo que quiero expresar, redacto sin detenerme, persigo la claridad y sobre todas las cosas aplico al pie de la letra los “Principios del periodismo”:

1-La primera obligación del periodismo es la verdad.

2-Debe lealtad ante todo a los ciudadanos.

3-Su esencia es la disciplina de verificación.

4-Debe mantener su independencia con respecto a aquellos de quienes informan.

5-Debe ejercer un control independiente del poder.

6-Debe ofrecer un foro público para la crítica y el comentario.

7-Debe esforzarse por que su contendido sea interesante y relevante.

8-Las noticias deben ser exhaustivas y equilibradas.

9-Debe respetar la conciencia individual de sus profesionales.

A fin de cuentas escribo para llegar a ser un buen periodista y la única manera de poder llegar a serlo es ejercitar a diario la buena escritura, esa que te atrapa desde la primera línea y no te suelta hasta la última…