Relación: Cuba- Estados Unidos, una historia de dudas y desconfianzas | Blog | teleSUR
28 enero 2015
Relación: Cuba- Estados Unidos, una historia de dudas y desconfianzas

Después de 54 años Cuba y Estados Unidos reestablecen relaciones diplomáticas, con el objetivo a largo plazo de terminar con el bloqueo impuesto a la isla por el país norteamericano en 1960.

Relación: Cuba- Estados Unidos, una historia de dudas y desconfianzas

Cuáles serán los cambios que se esperan y desean en el pueblo cubano y en las comunidades cubanas en Estados Unidos.
Un poco de historia:

Según Pew Research Center, y la oficina del Censo de Estados Unidos, del año 2011, hay 2.0 millones de  cubanos en Estados Unidos. El 70 % vive  en el Gran Miami, los demás residen en New Jersey (Unión City y West New York) mayoritariamente.

Antes de la revolución en 1950, habían llegado al país del norte, 33.700 cubanos, que vinieron por mejoras económicas.

Ya con la toma de la Habana en 1959, por los líderes revolucionarios comandados por  Fidel Castro, empezaría  la primera ola migratoria hacia Estados Unidos. Más de 500 mil  empresarios, profesionales, y militares pertenecientes a la dictadura de Fulgencio Batista abandonaron la isla rumbo a Miami. La mayoría era rica y blanca. Tenían la esperanza que el régimen de Fidel  duraría poco y dejaron muchas de sus pertenencias en la isla. Se los consideraba refugiados políticos.

Desde los años 60 el gobierno de Estados Unidos tuvo un rol preponderante en la inmigración cubana. Entre los años 1959 y 1962 obtenían visas regulares en la embajada norteamericana en la Habana, pero después de la crisis de los misiles en 1962 y con el rompimiento de relaciones diplomáticas se suspendieron los vuelos comerciales y Estados Unidos solo ofrecía una visa waiver, que después se convertía en permiso permanente para vivir en el país.

En los próximos años sucesivos eventos marcarían la historia entre estos dos países. Una de las más notorios fue la llamada  operación llamada Peter Pan, (1960), donde 14000 niños cubanos fueron enviados al país del norte. Sus padres tomaron esa decisión alentados por la propaganda proveniente de Estados Unidos, `` sus hijos serían adoctrinados en la  ideología comunista y enviados a la Unión Soviética’’. La iglesia católica en Florida, se ocupó de buscarle familias sustitutas a esos niños, quienes estuvieron que esperar muchos años para reunirse con sus familias. Nunca se cumplieron  esos temores, lo que si sucedió en muchos de esos niños, fue el trauma por abandono y separación de sus padres.

En los años subsiguientes, sucedieron diferentes olas migratorias, que empeoraron la relación entre los dos países .Puerto Camarioca en 1965,  Mariel en 1980 y los balseros en 1994 fueron definiendo y cambiando paralelamente las leyes norteamericanas en cuanto al tema migratorio hacia la isla. Entre las más importantes, la ley de ajuste dictada por el presidente Lyndon Johnson en 1966, ``cualquiera que llegara a suelo norteamericano, podría pedir al día siguiente permiso de residencia’’. Y la ley pies mojados, pies secos, (1995), ``los que pisen tierra norteamericana, se les otorgara visa permanente y, los que sean detectados por la guardia costera, serán devueltos a Cuba’’.

Más allá de leyes, los cubanos recibieron ayuda humanitaria, por medio del Programa para  Refugiados Cubanos,( Cuban Refugee Program, sus siglas en inglés) llevado a cabo por medio de 4 agencias, La Conferencia Católica, El Servicio Mundial de Iglesias,(Protestante),La Ayuda al Inmigrante Hebreo y El Comité  Internacional de Rescate. Los exiliados cubanos eran provistos de servicios médicos, empleos, préstamos para estudiar y otros beneficios. Los que los diferenciaban de otros inmigrantes latinoamericanos, que no solo no recibieron o reciben este tipo de ayudas sino que son expulsados del país.

A las distintas migraciones provenientes desde  Cuba, no solo las diferenciaba el periodo de tiempo de arribo a Estados Unidos, sino el componente racial y social de los refugiados. A diferencia de la primera ola migratoria en los 60, que llegó después de la revolución, compuesta por blancos y de clases altas; los que escapaban de la isla durante los 40 años subsiguientes, eran de orígenes más humildes y muchos de ellos negros. Otros habían salido de  las cárceles y  algunos otros  sufrían de problemas mentales. Florida y New Jersey empezarían a ver otra cara de los exiliados,  ya no eran todos blancos y ricos. Los nuevos arribados, ya no serían  tan bienvenidos, especialmente por sus propios compatriotas.

En todos estos años, a pesar de la cuantiosa ayuda recibida por Estados Unidos, muchos cubanos pudieron concretar algunos de sus sueños, otros no tanto. Según datos dela Comunidad Americana de Estadísticas (American Community Survey, en sus siglas en inglés); en cuanto a componentes económicos y sociales, los salarios medios anuales son $24.400, el 25% no tiene seguro médico, 19% está bajo la línea de pobreza. Aunque tienen un nivel más alto en educación (25%), que la media hispana (13%), y el 56% son propietarios de sus casas.

Así como diferentes son los cubanos residentes en Estados Unidos, según los momentos migratorios de su llegada, así son variadas sus opiniones  con respecto a la reanudación de relaciones diplomáticas entre su país  y su vecino del norte.

Los primeros exiliados, llamados a sí mismos ``como los verdaderos anticomunistas’’, se oponen terminantemente al diálogo diplomático.
Aseveran que esto`` solo beneficia a los hermanos Castro’’, ya que la entrada de divisas les ayudara a seguir con ``su régimen’’. Estas ideas son representadas en el Congreso por Marco Rubio, Senador por Florida, Ted Cruz, Senador por Texas, entre otros, ambos descendientes de Cubanos y pertenecientes al Partido Republicano.

Por otra parte los nuevos inmigrantes, qué mantienen contacto con Cuba, y tienen familiares allí, están de acuerdo con un cambio en la política entre los dos países, porque ``favorecerían a sus familias, entre otros motivos’’. Según análisis realizados por El Instituto de Investigaciones de La Universidad de Florida, que revelan que el 52% de los cubanos, residentes en Miami Dade, se opone a la continuación del embargo, mientras el 51% está a favor. En cuanto a el restablecimiento de la relaciones diplomáticas, el 68% las favorece (90% son jóvenes), también el 69% está de acuerdo en que se  alivien las  restricciones a los viajes a Cuba. Fuera del estado de Florida, el apoyo a la reanudación de relaciones diplomáticas entre los dos países es del 67%.

Las continuas negociaciones bilaterales irán despejando el camino para determinar cifras concluyentes a lo que hoy parecen dos bloques inamovibles. En dicha complejidad se asoman temas que van desde lo afectivo, hasta la oferta y la demanda. Mientras tanto, la historia se sigue escribiendo….


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Perfil del Bloguero
Periodista y Psicóloga argentina residente en Nueva York. Investigadora de temas migratorios y de género. Realizadora de exposiciones artísticas sobre fenómenos migratorios, identidad y cultura.



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