¿Fracaso del Tratado Comercial EEUU-UE ? | Blog | teleSUR
30 julio 2015
¿Fracaso del Tratado Comercial EEUU-UE ?

A comienzos del 2.013 comenzó su singladura el llamado Tratado Transatlántico de Comercio e Inversión (TTIP por sus siglas en inglés) con el objetivo de “relanzar el intercambio de bienes, servicios e inversiones entre EE.UU. y la Unión Europea” y que podría atracar en puerto en el 2.016 tras culminar recientemente la UE y EE.UU. la últimas ronda de conversaciones. Las relaciones comerciales EE.UU.-UE han estado salpicadas por frecuentes contenciosos que han terminando con el arbitrio de la Organización Mundial del Comercio (OMC), “un escenario político que permite salidas negociadas sin llegar a un proceso contencioso de solución de diferencias” en palabras de Jorge Argüello. Así, tanto EE.UU. como la UE serían en teoría economías defensoras del libre comercio, pero de facto están estigmatizadas por endémicas medidas proteccionistas agrícolas (PAC y Farm Bill) que “perpetúan un sistema de comercio multilateral desequilibrado y que constituyen una prueba más del doble estándar existente entre países desarrollados y en desarrollo en materia de comercio internacional” según Argüello.

¿Fracaso del Tratado Comercial EEUU-UE ?

Tanto la PAC como las Farm Bill surgieron con el propósito de lograr que los ingresos de los agricultores y ganaderos se mantuvieran en un nivel similar al de las poblaciones urbanas, pero progresivamente se fueron transformando en una herramienta de los gobiernos para desarrollar sus programas ideológicos y contentar a los lobbies de presión ( la UE destina anualmente cerca de 50.000 millones de € (47 % de su presupuesto) para subsidiar la agricultura y en EEUU, la Ley Agrícola “Farm Bill” 2008-2013”, nació con una dotación de 300.000 millones $).

Entre los principales escollos para conseguir un acuerdo satisfactorio para las dos partes, estaría la normativa de la UE que prohíbe la utilización de hormonas y limita las autorizaciones de organismos genéticamente modificados (OMG) amén de las reglas de trazabilidad y etiquetado, las tarifas agrícolas y las denominaciones de origen en el sector agroalimentario. A ello se sumaría el sector financiero ( la FED ha pedido expresamente que no se incluya dicho sector en la ronda de negociaciones), el gas natural ( la UE quiere eliminar todo tipo de restricciones a su libre exportación) y finalmente el escollo del ‘Buy American Act’ , barrera proteccionista impuesta en 1933 en EEUU que blinda “de facto” los mercados públicos estadounidenses a los inversores extranjeros para las contrataciones públicas (se estima que los mercados de EE.UU. únicamente están abiertos en un 32%, mientras que en Europa lo están en un 85%). Sin embargo, en la letra pequeña de dicho Tratado aparece la introducción de la claúsula ISDS de resolución de conflictos entre Inversor y Estado en los acuerdos, cláusula que limita seriamente la capacidad de los Estados para luchar contra la crisis financiera y económica (las multinacionales estadounidenses podrían utilizar el ISDS para desafiar las regulaciones de la UE destinadas a proteger al público y al medio ambiente y demandar a los gobiernos europeos y así maximizar sus beneficios ) así como del llamado Consejo de Cooperación Regulatoria, lo que supondría según Sol Sánchez, coordinadora general de ATTAC “un verdadero gobierno directo de las Corporaciones”.

Por otra parte, la Eurocámara no puede negociar ni incorporar enmiendas al tratado pero habría elaborado su propia opinión, reflejada en el Informe Lange que habría sido aprobado por liberales, socialistas y populares tras pactar una enmienda que dice que el arbitraje incluido en el TTIP será un sistema “no discriminatorio” con las empresas locales o extranjeras del que formen parte “jueces independientes” y que “no anteponga los intereses privados a los públicos”´Sin embargo, Francia y Alemania ya expresaron serias reservas a la Comisión ante algunos precedentes en los que las multinacionales han impuesto sus criterios frente a los legisladores gracias a estos sistemas de resolución de conflicto inversor-Estado (en inglés, ISDS) y dado que el euro-Parlamento tiene potestad para tumbar todo el TTIP una vez hayan concluido las negociaciones, no sería descartable el rechazo de la mayoría europarlamentaria a la aprobación de dicho Tratado debido a una tardía reafirmación de la soberanía europeísta por parte franco-alemana coadyuvada por los efectos colaterales de la imposición de sanciones a Rusia. Así,el sector agrícola francés estaría en crisis tras la caída de la demanda de los productos franceses en China y los efectos de las sanciones impuestas contra Rusia ( pérdidas de unos 5.500 millones dólares y a pesar de que el Gobierno francés ha decidido destinar un paquete de ayuda de emergencia de casi 660 millones de dólares para apoyar a sus ganaderos, éstos lo consideran insuficiente y han exigido a las autoridades “el inicio de negociaciones entre Rusia y la UE para conseguir levantar el embargo comercial ruso a las exportaciones francesas” al tiempo que habrían iniciado una campaña en Francia para promover el consumo de productos franceses, medidas proteccionistas que podrían dar al traste con la aprobación por el Euro-Parlamento de dicho Tratado Comercial (TTIP) y suponer el retorno del Proteccionismo económico(Fomento del Consumo de Productos nacionales), dibujándose un escenario a cinco años en el que se pasaría de las guerras comerciales al proteccionismo económico, con la subsiguiente contracción del comercio mundial, posterior finiquito a la globalización económica y ulterior regreso a los compartimentos estancos en la economía mundial.


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Perfil del Bloguero
Analista económico y geopolítico, colabora habitualmente en varias publicaciones digitales e impresas españolas y latinoamericanas.
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