Según la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association), uno de cada cinco estadounidenses usa medicación psiquiátrica. En mujeres es una de cada cuatro; 43% tienen entre 20 a 44 años y el 11% entre 45 a 64.
En la última década se produjeron sucesos como la caída de las Torres Gemelas en el 2001 y las sucesivas crisis económicas desde el 2008 que acrecentaron angustias, miedos y fobias, aumentando la necesidad de tomar medicación. Entre los más usados están los antidepresivos, que es la segunda medicina vendida en este país, después de la medicación para el colesterol según Salud y Nutrición Nacional (National Health and Nutrition). Esto no es nuevo para Estados Unidos, desde 1998 hasta 2005 la venta de psicotrópicos ya se había incrementado en 400%.
Los estados en donde más se usan estas medicinas son Tennessee, Kentucky, Mississippi y Alabama, llamados también ``cinturón de diabetes’’.
Por supuesto que además de razones psicológicas y sociológicas hay poderosos intereses económicos y ganancias siderales de los laboratorios farmacéuticos que inciden en esta problemática.
Según IMS Health, (Intercontinental Marketing Services) que rastrea las ventas de medicamentos con recetas; en 2010 los estadounidenses gastaron $16,1 mil millones en antipsicóticos, para tratar la depresión, el trastorno bipolar y la esquizofrenia, $11.6 mil millones en antidepresivos y $7.2 mil millones en el tratamiento de trastornos de hiperactividad.
Las farmacéuticas toman ventajas de las leyes norteamericanas que permiten libertad para publicitar productos médicos. Desde 1996 hasta 2005 la industria ha triplicado la propaganda, incluyendo un aumento de cinco veces en la publicidad directa al consumidor. Varios estudios han encontrado que los anuncios no explican adecuadamente los efectos secundarios que la mayoría de las medicaciones produce, como obesidad, enfermedades del corazón y deterioro general de condiciones clínicas.
En otros países como Canadá, donde está prohibida la publicidad para medicaciones psiquiátricas, la población usa la mitad de prescripciones que en Estados Unidos. (Canadian Medical Association, Journal 2003).
También está comprobado por estudios realizados por la Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association), que los pacientes que solicitan medicamentos publicitados, están 17 veces más propensos a recibir una o dos recetas que aquellos que no han solicitado ninguna droga.
Para asegurarse que nunca tendrán pérdidas y seguirán obteniendo ganancias millonarias, la industria de los medicamentos gastan $2.6 billones en Lobbys (1998-2006), más dinero que la industria del gas y del petróleo.
Falsos Positivos para Depresión
Según un reporte realizado por el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (Center of Disease Control and Prevention), muchos pacientes son diagnosticados por doctores primarios, que tienen poco entrenamiento en salud mental y en muchas oportunidades son mal diagnosticados. (Cuatro de cada cinco medicaciones antidepresivas están hechas por médicos no psiquiatras).
Concomitante a esto, los seguros médicos cubren más el servicio de medicina que las de psicoterapia, razón por la cual en 1996, solo un tercio de pacientes que tomaron antidepresivos fueron a psicoterapia. Para 2005, solo una quinta parte de los pacientes concurrió a tratamiento psicológico, de acuerdo a un estudio de más de 50.000 encuestas médicas que fue co-escrito por Marcos Olfson, profesor de psiquiatría clínica de la Universidad de Columbia.
El Dr. Olfson asegura además, que muchos adultos con depresión severa esperan mucho tiempo para ser atendidos y otros con depresión leves son prescriptos con antidepresivos aunque no se beneficien con dichas drogas.
Aunque la medicación psiquiátrica es necesaria en determinadas patologías, sería conveniente además que el paciente recibiera tratamiento psicológico, lo que podría resultarle más ventajoso para aliviar sufrimientos.